Sólo me queda esperar,
porque todo se termina.
Se terminan los recuerdos
y se marcha tu sonrisa.
Todo parece un adiós,
pero mi alma no te olvida.
¿Cómo podría yo hacerlo,
si tú eres esa brisa
donde sueñan mis sentidos
y a mi tristeza acaricia?
¿Cómo podría olvidarte,
si eres el sol de mis días,
si tú eres ese silencio
que mis versos necesitan?
Y yo sé que debo hacerlo,
aunque sea una utopía.
Sé que yo debo olvidarte
para que sane la herida
de quererte y no tenerte
y encontrar una salida
tan difícil que no existe
ni aunque yo viva mil vidas.
sábado, 31 de enero de 2009
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