Nunca cometeré otro desliz
de otorgar libertad al sentimiento,
rápido en olvidar el sufrimiento
del alma dibujada en cicatriz.
Espíritu que juegas a aprendiz
que ignoras la experiencia del lamento
detente mientras llega mi momento
que en mi soledad me sienta feliz.
Quizá me deba hacer mucho más fuerte,
podré hacerlo si fuese necesario
y me sonríe de una vez la suerte.
Yo modificaré mi abecedario
inventado un escudo para verte
sin daño en mi camino solitario.
sábado, 7 de febrero de 2009
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