De qué me vale decir,
que el corazón se ha partido.
De qué me vale gritarlo,
si tú no sientes lo mismo.
De qué me vale escribir
diez mil poemas distintos,
para decir que te quiero
y que me muero de frío.
De qué me vale quererte,
si yo no soy tu destino.
De qué me vale adorarte,
si tu ser está vacío,
del mínimo sentimiento
que para avanzar preciso
porque yo nunca tendré,
el lugar que necesito,
pegado a tu corazón,
escuchando sus suspiros.
¿Por qué no puedo olvidarte?
¿Por qué al fina desvarío?
De qué me vale decirte
que tú eres mi paraíso,
mi único lugar de paz,
ese mar tan tuyo y mío.
¿Podrá aflorar algún día
el amor en tu camino
y que te traiga hacia mí
con el viento suave y limpio?
Como tú no sientes nada
está ya todo esto dicho,
y carezco de varita
para obligarte a sentirlo.
¿Por qué cuando no te veo
el tiempo se hace infinito?
¿Por qué yo te quiero tanto
si tú no sientes lo mismo?
viernes, 24 de octubre de 2008
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