Acompañando la nada
junto a faros celestes,
yo sigo pensando en ti,
con el ansia del urgente.
Rebusco en las señales
y consulto a los videntes,
suplicando algún conjuro
que me permita tenerte.
He acabado por creer
en las hadas y en los duendes
¿Por qué no habría de hacerlo?
Si existen tus ojos verdes,
que han salido de los cuentos,
entre brumas y entre nieve.
Esparciré el incienso
y te bañaré con mieles,
para endulzar el camino
que hasta tu lado me lleve.
Llevaré mil amuletos,
probaré miles de suertes,
adoptaré gatos negros
y me tatuaré ese trece
me creeré lo que sea
si se me permite verte.
Daría la poca vida
que en el alma está latente,
para que no me olvidaras,
para quedarme en tu mente,
para sentir tu mirada
que al corazón estremece
y repetir el abrazo
que me marcó para siempre.
viernes, 9 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Y con esto se comprende, al que busca en cualquier sitio, eso que le falta...
ResponderEliminarSí, cada vez más.
ResponderEliminarHeeey! Me encantó!!!! Eres poeta también, eh?!
ResponderEliminar