Camino la soledad
acompañado del viento.
Ya no extraño casi nada,
ya no exsiten los lamentos.
Camino la libertad,
y puedo hacer mis proyectos
bajo mil arco iris de oro
dibujados en el cielo.
Ahora mi vida es mía
pude salir del encierro
que me obligaban tus ojos
y las ganas de tus besos.
Ya no pienso en el futuro
y disfruto lo que tengo
que viene a ser casi nada
pero sé que soy el dueño.
Y mañana podrá ser,
pero ahora todo es cierto,
como las letras que escribo
en la forma de mis versos
dedicados a esta vida
que está vacía de sueños
pero cierta al fin y al cabo
bajo el orden de este tiempo.
Un poema dedicado
a la vida que defiendo.
lunes, 2 de febrero de 2009
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