Mi helado corazón llora en la cueva
del inmenso vacío de la vida
y la esperanza se vuelve suicida
si llegas a sentir que en tu alma nieva.
Mi pesimismo cruel ríe y se eleva
cuando siento mi lágrima caída
en el inmenso abismo que no olvida
que este viento hasta mis sueños se lleva.
Y se lleva también tu voz, mi vista
dejando sólo escarcha en mi recuerdo
y mi locura no encuentra los frenos.
Todo termina de forma prevista,
jamás te tendré y ahora te pierdo
y entre tristezas, yo te echo de menos.
domingo, 20 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Escribes muy bien
ResponderEliminarFeliz año.
http://unaslecturas.blogspot.com/
¡Feliz Año!
ResponderEliminarMe encantan tus poesías.
TreintaAbriles
Muchas gracias a los dos. Y aunque sea con el retraso de los vuelos por la nevada, os deseo también un feliz año 2010.
ResponderEliminar