Quisiera escuchar tu enfado
reprochándome el desorden.
Quisiera discutir suave
ese arañazo en el coche.
Quisiera mirar tus ojos
mientras sueltas tus reproches
y me digas que el sofá,
será mi cama esta noche.
Yo quisiera discutir
las más de dos mil razones
para hacer lo que tú quieres,
para hacer lo que tú impones.
Quisiera desesperarme
porque mi empeño no notes
que dejáramos de hablarnos,
que existieran nuestros roces.
Así estaría contigo
para cuidarte los dones
que te han sido otorgados,
y llenan de oro tu broche.
martes, 16 de diciembre de 2008
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Muchas veces nos quejamos de cosas sin importancia y quizás ignoramos, que otros las desearían con tal de estar al lado de la persona que quieren.
ResponderEliminarEso es, precisamente lo que he intentado expresar. Se me están acabando los recursos y las ideas para mantener este ritmo de producción e intento imaginar todos los factores de la vida para seguir creando y seguir contando con tus visitas.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Pues lo haces muy bien.
ResponderEliminarGracias de verdad, es una inyección de moral.
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