Vierto llanto en el mar que alumbra el faro
con aromas y colores del incienso,
con flores de tacto arrugado y denso,
de sombras entre lo oscuro y lo claro.
Este mar me sonríe con descaro,
está cansado de mí, del descenso
por el infinto túnel inmenso
que abriste en el aire con tu disparo.
Te necesito tanto que me abruma,
el llanto marfil de la luna llena
que se disfraza entre la densa bruma.
El rugido del mar con fuerza suena,
las olas lo bañan todo de espuma
borrándolo todo, salvo mi pena.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
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El mar siempre resulta tan poético...
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