Hoy conseguiré perderme
en las nubes de los bosques,
evitando tu presencia
porque ya no hay quien controle
estos fuertes sentimientos
y el dolor de tus reproches.
Me perderé al amparo
del reloj que dan las doce
para lograr escapar
al embrujo de tu nombre.
Regresaré a las épocas
de las damas y los lores
donde todos mis poemas
sean ramos de tus flores.
Y me perderé en mis sueños
donde mis manos te arropen
si tu cuerpo se estremece
ante el frío de la noche.
viernes, 20 de agosto de 2010
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Así si apetecería perderse...
ResponderEliminarTreintaAbriles
Perdiéndose, se pone distancia, y la distancia es el olvido, aunque a veces parezca que no se consigue. Se debe tener paciencia.
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