He pedido mi deseo
en mi corazón latente,
al cielo gris que me cubre
de un fino manto de nieve.
He puesto todas mis fuerzas
en mis palabras ardientes
en palabras de ilusiones
de la que mi alma carece.
He pedido sólo un sueño,
que mi cuerpo no merece
contemplar a mi princesa
a la reina de los duendes.
Se lo he pedido a la fecha
de los Santos Inocentes,
recibiendo por respuesta
la carcajada estridente
del que inyecta en mí el deseo
de querer volver a verte.
domingo, 28 de diciembre de 2008
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