Ha amanecido plomizo, hoy llueve.
Tu ausencia lo llena todo de frío,
se pueden ver claros, yo no me fío,
y pienso que pronto caerá nieve.
Con el alma rota y sonrisa leve
con la leve brisa del gran vacío,
mis ojos se han llenado de rocío
pues no hay nada que a tu lado me lleve.
Llueve, rebosa el pozo de lamento,
se va derramando en el corazón
y las musas vienen a mi llamada,
pero ya se van, junto con el viento,
el dolor ha vencido a la emoción,
y el poema se va, no queda nada.
jueves, 23 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)