Sin ti no puedo vivir,
hace tiempo me di cuenta.
Sin ti no puedo morir
no se apagará mi estrella,
si no consigo que tu alma
a mi letra se estremezca.
Continúo mis esfuerzos
por mantener mis promesas,
y me voy volviendo débil,
necesito tu presencia,
necesito oír tu voz,
y tu sonrisa muy cerca.
La vida me ha enseñado
que la única que gobierna,
los espíritus sin rumbos,
es ella, la única dueña
del calor de las pasiones
que a unos arde y a otros hiela.
Yo inventaré la palabra,
que quizá tú nunca leas,
pero sé que llegará
a romper la fortaleza
que guarda tu corazón
y lo envuelve entre tinieblas
que me mantienen oculto
bajo ninguna apariencia.
Yo te sigo describiendo
entre lienzos y entre arenas
conjugando cualquier rima
que hagan bello este poema
que simplemente eres tú,
el latido que me lleva,
y simplemente eres tú
esa luz que me sustenta.
jueves, 1 de enero de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)