martes, 18 de noviembre de 2008

ROMANCE VIII "Carta al amor"

Has vuelto con otra forma,
envuelto en otra mirada,
creí controlarte al fin
pero de nuevo me matas.
¿Por qué no mudas tu piel
y la conviertes en alas
con las que te vayas lejos
y dejes en paz a mi alma?
Has partido mi ilusión
y he perdido mil batallas
contra tus simples caprichos,
contra tus golpes de espada.
Has vuelto con otro nombre,
en una mujer con magia
que derrama su belleza,
por donde quiera que pasa.
Las hadas viven en ella,
tiemblo con solo mirarla,
es la envidia del planeta,
y me estremece cuando habla.
El sol ilumina el cielo,
sólo si ella se levanta,
la luna queda en su piel,
cuando llega la mañana,
que es el momento de verla,
y de perder la batalla
contra la luz de sus ojos
contra el brillo de su cara.
Rotas quedan mis promesas
por muchos esfuerzos que haga
de conformarme sin ella,
en mis noches estrelladas.
Sé bien que la necesito
como los peces al agua.
Responde a esta pregunta,
dime con esto qué ganas,
si Tú eres felicidad,
para mí eres noche amarga.
Cada vez que me visitas
y traes contigo a tu hada
se paralizan mis venas
y en mí no funciona nada.
Te suplico que te marches,
que abandones mis entrañas,
puedes llevarte mi vida
y puedes llevarte mi alma
si es eso lo que desea
tu soberbia ilimitada.
Mirarla es morir en vida
y lo mismo es escucharla,
y si ella no está conmigo,
a mí no me queda nada.
Te suplico que no vuelvas,
que te olvides de mi casa,
que te pierdas en las sombras
con las brujas encantadas.
Me has traído una princesa
sacada de un cuento de hadas
que brilla como rubíes,
que brilla como esmeraldas,
es el color del invierno
y el de sus mares de plata.
Los jazmines no son blancos
y las rosas no son blancas,
los jardines son desiertos,
con arenas congeladas,
las estrellas de mi cielo
están todas apagadas.
Su brillo parte mi vida
sin ella todo me falta
y no siento que ya siento
que la vida se me acaba.