viernes, 8 de octubre de 2010

SONETO XCVIII "Inalcanzable"

Duele el alma por ser inalcanzable
la luz que se desprende de tu encanto.
Duele el alma ahogándose en el llanto
que derrama el amor más imparable.

Cuando incluso tu enfado es adorable,
la imposibilidad produce espanto,
inalcanzable eleva este quebranto
de este amor que por ti es incurable.

Duele la fiebre en la desesperanza
por saber que en la guerra no hay victoria,
y el dolor de tu adiós a mí me alcanza.

Inalcanzable queda en esta historia
mis sueños e infinita mi añoranza
de la huella que dejaste en mi memoria.