Navidad o cuarenta y dos de enero
haya nacido un rey o cumpla años,
no existe lo especial, sólo los daños
del cristal de mi amor limpio y sincero.
Navidad o treinta y uno de febrero,
fechas hechas con símbolos extraños
e indiferencias propia de ermitaños
cubren mi mente mientras desespero...
al no existir el día de llegada
de tu espíritu al palacio de mi alma
y romper de una vez el calendario.
Y lavar los sueños de la almohada,
encontrarme de nuevo con la calma,
y poder celebrar aniversario.
viernes, 26 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario