Respiro la soledad
que desprende la laguna
y me pierdo entre su voz
tan deprimente y profunda.
Son tus ojos de violetas
los que busco entre la bruma
y se agota la esperanza
de vacíos en las runas
que ya no ven el futuro
de la vida que está muda.
¿No podrán volver los sueños
a regenerar la espuma
donde tomabas tus baños
y tu piel era mi cura?
Aunque sea en esos sueños,
quiero abrazar tu cintura
y vivir por un momento
contigo bajo la luna,
con el bosque como hogar
y tus ojos, mi fortuna.
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No sé por qué, pero aunque la poesí no es mi fuerte, los poemas melancólicos son los que más me gustan
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Sandra. Si has leído algo más de este espacio, te habrás dado cuenta que casi todos los poemas son más bien "tristes". Me resulta más sencillo rimar cuando cuento "penas" que "alegrías", sin saber por qué. Cuando era más joven, solía escribir para desahogarme cuando la situación era mala y pensaba que me salía porque estaba triste. hoy en día sé que salen porque le doy mil vueltas para encontrar las palabras. Y al menos a mí, los poemas melancólicos me causan mayor impacto. Y yo tampoco soy de leer mucha poesía, Hernández, Machado, Quevedo, Lorca, Benedetti y Bécquer pero parece que se me da bien escribirla, por la cantidad que llevo :).
ResponderEliminarMuchas gracias de nuevo y un saludo.
Son más impactantes, porque estamos más predispuestos a reflejarnos en algún momento de nuestra vida. Además, muchas veces la poesía se busca en momentos de recogimiento y el recogimiento, en momentos de desamor.
ResponderEliminarTreintaAbriles
Estoy de acuerdo. Aunque creo que la sensibilidad tiene algo que ver. Y la forma de ser cada quien. Hay gente que parece gozar con el sufrimiento ajeno aunque a la mayoría nos cause pesar. Por eso, cuando lees algo triste o señal de sufrimiento, sueles tender a la compasión, más cuando si ese escrito, ha podido reflejar alguna vivencia personal. A mí me causan más impacto los escritos tristes, las declaraciones desgarradas pero tengo claro que quizá a todo el mundo no le ocurra lo mismo.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Yo creo que a todo el mundo le ocurre igual, lo que pasa es que la poesía es vida y la vida también encierra otros momentos que, de igual manera, podrían ser plasmados y transmitirnos. Eso sí, cuando uno está feliz, normalmente no tiene tiempo ni ganas para un recogimientos, ni quizá siquiera el estado de ánimo adecuado para pararse percibir sobre los sentimientos que ha escrito otro.
ResponderEliminarTreintaAbriles
Estoy de acuerdo, como siempre, y añado que parece ser que cuando eres feliz, te vuelves más introvertido y sólo compartes o quieres compartir la felicidad con quien te la produce. Cuando eres un alma en pena, crees que gritándolo a los cuatro vientos, se aliviará la carga. Cada día estoy más convencido de que somos la mar de extraños
ResponderEliminar¡Qué raro! Yo sin embargo pienso lo contrario: que cuando estamos tristes, queremos apartarnos de un mundo hostil que no nos define y de ahí, salen las poesías más facilmente. Sin embargo, cuando estamos felices de amor, queremos relacionarnos con el mundo y no nos queda tiempo para el recogimiento. Las dos posturas, son un poco radicales. Quizá la madurez, esté en limarlas un poco.
ResponderEliminarTreintaAbriles
Todo lo que dices es cierto. Quizá no me expresé bien. Hasta Enrique Iglesias ^-^ le he escuchado decir que sólo componía cuando estaba triste, porque cuando estaba feliz el tiempo lo gasta con la gente que le produce esa felicidad.
ResponderEliminarYo intento también acordarme de los ratos bueno para intentar escribir algo que dé variedad a este mundo deprimente. Y fíjate, gracias a toda la gente bonita que he conocido últimamente dentro de la "blogsfera", escribiendo para ellos, encuentro esa variedad que tanto anhelo. Y si con eso consigo que a les brote una chispita de ilusión, la satisfacción es doble.